Que pienses que debes diseñar una estrategia SEO ya es un paso. Y en la buena dirección. Ahora tienes que seguir andando, y aunque, caminante, no hay camino, sí es cierto que te podemos dar una hojita de ruta para que sepas, más o menos, cómo debes diseñarla. Al lío.
Antes solo un detalle. Tienes la opción de leer este post, pero también de escucharlo. ¿Cómo? Pues a través de nuestro podcast Paradisers, donde te lo explicamos a viva voz por si… no sé, quieres ir planificando mientras sales o correr o vas a buscar a los niños al cole.
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Índice
Lo primero que debes hacer es dividir tu web en segmentos o categorías. Es decir, agrupar los contenidos de tu propia web. Agrupa los productos con sus respectivas categorías, los post con sus correspondientes categorías del blog y la home… pues solita. De esta forma, tendrás una visión diferenciada de cada grupo de URL.
La segmentación no tiene sentido si no va acompañada de datos que puedes sacar de Google Analytics sobre cada uno de los segmentos. Debes ver cuáles de ellos tienen mejor porcentaje de conversión. Así puedes ver qué categorías debes promocionar más o a cuáles les debes dar más importancia.
Debes hacer este análisis siempre… a no ser que sea una web nueva y que no tenga histórico, claro está. Es decir, todo esto es si comienzas desde cero. Si no, puedes llevar a cabo todo este proceso… pero estudiando los datos de la competencia, que te van a dar mucha info.
También, en el caso de una nueva web, puedes comenzar con el planificador de palabas clave de Google Ads para ver qué keywords te dan más tráfico y cuáles funcionan mejor. Así podrás acertar con la estrategia SEO y SEM desde el principio sin necesidad de tener un gran histórico.
Analiza cuáles son las keywords más apetitosas de tu sector y cruza esta información, ya no solo con la estructura de tu web (que también), sino con las URL que tienes mejor posicionadas.
De esta manera, podrás tener datos tan importantes como la posición y el tráfico medio de cada uno de los segmentos, por lo que podrás compararlos entre sí.
Incluso podrás definir las prioridades de tu negocio. Es decir, si los datos te dicen que el grueso del tráfico llega por una categoría que, a priori, tu pensabas no era importante, es momento de cambiar de rumbo. Si revisas estos datos cada cierto tiempo, podrás estar al tanto de las tendencias de tu web y de si funcionan o no los cambios que hayas establecido.
El estudio de palabras clave es básico. Gracias a él podrás saber cómo buscan los usuarios tus productos o servicios en Google. El objetivo será posicionarte por esas keywords para que todos los usuarios posibles lleguen a tu página. Pero, ¿cómo elegimos esas palabras clave?
Vale, lo primero es luchar por palabras que tengan búsquedas, ok. Pero, cuando vayas a elegirlas recuerda este refrán: ni calvo ni con tres pelucas. Es decir, debes tener en cuenta que habrá algunas que tengan un gran volumen de búsqueda, genial, pero, en consecuencia (y en general, porque habrá casos en los que no sea así), tendrán una competencia bestial.
Luego están las long tail, que, aunque tengan menos demanda, serán más fáciles y rápidas de posicionar. Pero claro, no traerán tanto tráfico. Vamos, que ya estás viendo que esto de establecer tus estrategias de SEO efectivas es un arte, no una ciencia.
Como ya hemos comentado, cuanta más demanda, generalmente hay más competencia. Habrá competidores muy fuertes que ya lleven haciendo SEO mucho tiempo. Quizá no es la mejor opción apostar por enfrentarte a ellos si sabes que no les vas a ganar. De hecho, si apuestas por palabras muy genéricas y con competidores muy fuertes vas a tardar mucho más en ver resultados (si llegan).
Piensa si esa long tail jugosa y con menos competencia que la keyword genérica puedes atacarla con una categoría, con una ficha de producto (estos dos primeros casos si la keyword es transaccional, claro está) o con un post del blog (si es informacional). En cualquier caso, lo importante es siempre ver la intención de búsqueda del usuario para satisfacerla.
Utiliza herramientas como Google Trends para estar al loro de las tendencias de palabras clave que están ganando relevancia en la actualidad. Quizá puedas aprovecharlas con un contenido nuevo que aún tu competencia no haya aprovechado.
¿Recuerdas que antes hemos hecho a) una división de la estructura web y b) una búsqueda de las palabras clave que debes atacar? Pues hala, ahora toca combinar todo eso, es decir, definir qué URL deben luchar por cada una de las palabras clave.
Las keyword más generales (y de marca) aprovéchalas para la home y, de paso, para dejarle claro tanto a Google como a los usuarios de qué va tu tienda. Así será casi como un escaparate de una tienda física. Luego define por qué palabras clave (transaccionales, obviamente) vas a apostar para las categorías y las fichas de producto. Pero si quieres saber un poquito más sobre SEO para e-commerce, al loro con este post.
En este caso la estrategia de posicionamiento SEO será diferente. Lo primero será definir las keywords que nos encajan para la home de este negocio en función de si necesitas o no acompañarlas de la ubicación (por ejemplo: “fisioterapeuta en Madrid”). Y lo mismo, por supuesto, para sus páginas de servicio (“fisioterapia deportiva en Madrid”).
¿Qué pasa cuando tenemos un e-commerce y, además, una tienda física? Pues quizá aquí debemos definir 3 cosas: primero, qué palabras clave se trabajarán en la home; segundo, qué keywords serán las que trabajemos en las categorías y fichas; y tercero, qué keywords con ubicación trabajaremos para las landings de servicio.
Y recuerda, en ambos cualquier caso, ya tengas página de prestación de servicios, e-commerce o una mezcla de ambos, trabaja las palabras clave informacionales a través del blog.
Sirve para ayudar a mejorar el posicionamiento de algunas URL y se puede trabajar de dos maneras: de forma vertical u horizontal. La vertical es a través de categorías que llevan a subcategorías y fichas de producto. El objetivo es que toda la fuerza de los productos y las subcategorías “suba” hasta la categoría principal, que por lo general suele ser la que más interesa posicionar. La horizontal se puede trabajar, por ejemplo, enlazando unos productos a otros.
Otra forma de trabajar el enlazado interno es en base al page rank o autoridad de la página. Si ves que tienes una página con mucha autoridad que no te interesa tanto posicionar y en otra que sí te interesa posicionar tienes menos autoridad, puedes enlazarla para que Google entienda que esa segunda URL es importante y le “traspase” parte de la autoridad. También puedes jugar con el tráfico, es decir, enlazar tus páginas con mucho tráfico a otras que no tienen tanto pero que te interesa posicionar.
Las canibalizaciones suceden cuando, en una misma web, apuestas por la misma keyword en diferentes URL. Puede haber canibalizaciones que vengan bien… y otras fatal. Por ejemplo, si por una misma palabra clave te aparece una categoría y un artículo del blog, ¡pues fenomenal! Sobre todo en esas keywords que son un poco ambiguas y no se sabe qué anda buscando el usuario, algo informacional o transaccional.
Pero donde sí puede haber problema es en una keyword transaccional donde solo te aparece un post del blog. Ahí la que debería estar posicionada es la categoría o una ficha de producto. Además, puede ser peor aún, que un día aparezca una categoría y otro un post porque Google se está liando y no tiene claro qué es exactamente lo que quieres posicionar.
Aunque no lo parezca, esta parte es clave en cualquier estrategia de SEO. Arregla los errores que tengas (404, 401, etc.) y define qué URL quieres indexar y cuáles no. Una vez hecho esto, trabaja en un sitemap que quede muy currado y que le dé a entender a Google de forma detalladita la estructura de tu web.
Como ya hemos dicho, trabaja las keywords informacionales en este punto. Esas palabras no nos servirían para otras partes de la web, por lo que podemos atacarlas desde aquí para que el usuario ya entre a tu página, te conozca y… ¿quién sabe? Quizá hasta te compre si sabes seducirlo sutilmente para que visite alguna ficha de producto.
Si haces todo bien menos esto… todo se te puede ir al garete en cualquier momento. Prioriza bien las tareas que debes llevar a cabo y comienza por lo que te va a dar más retorno de forma más rápida. Luego define en qué métricas te vas a basar para saber si funciona o no todo lo que has hecho y analiza cada cierto tiempo si están funcionando.
¡Hala! Pues ya lo tienes. ¿Has tomado nota? Bueno, en realidad puedes volver a leer este post sobre la creación de una estrategia SEO las veces que quieras, así que notas lo que se dice notas, pues tampoco necesitas… Bueno, pero guárdalo al menos entre tus favoritos para no perderlo, ¿vale?
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