Una migración SEO es un conjunto de acciones planificadas en base a diferentes necesidades de una web relacionadas con cambios en la misma. Estas necesidades pueden ser:
– Cambio del dominio (por ejemplo, por cambio de marca: bicicletas.es pasa a bicicletasmolonas.es)
– Cambio del servidor (por ejemplo, si pasas de Apache a Nginx)
– Cambio del protocolo http a https (obligatorio para Google por seguridad)
– Cambios en la estructura web (cambios de directorios, categorías, productos, post)
– Cambio de CMS (si nos pasamos de Shopify a WordPress, por ejemplo)
– Implementación de un nuevo diseño (cambios en html, imágenes, copy, CSS)
– Unificar versión mobile y desktop (para URL m. a las normales de desktop o versiones de amp)
– Internacionalización de la web (pasar de midominio.en a midomino.com/en/ )
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Índice
Con lo anterior, podemos clasificar las migraciones en tres tipos:
– Migraciones sin cambios en las URL, cambios de diseño, de servidor o CMS en algunos casos.
– Migraciones con cambios en las URL, es decir, el resto de necesidades que hemos mencionado.
– Migraciones mixtas, por ejemplo, un cambio de diseño más un cambio de estructura.
Antes de empezar con la planificación debemos tener en cuenta los tres objetivos más importantes:
– No perder tráfico orgánico, aunque no siempre es posible ya que, a pesar de tratar de controlar cada URL, pueden aparecer errores técnicos o simplemente los bots ignoran las redirecciones.
– Conseguir que todas las URL planificadas realicen correctamente sus redirecciones y se reindexen.
– Tratar de mantener las keywords posicionadas actualmente y no perderlas.
El objetivo principal de una migración web a nivel SEO es tratar de no perder tráfico.
A todo lo anterior, debes saber que no es aconsejable realizar una migración SEO en cualquier momento. Debes tener en cuenta cuál es el momento del día en el que la web recibe más tráfico, así como las distintas campañas o las rebajas.
Así pues, es preferible aprovechar aquella época en la que menos visitas reciba la web y hacer pruebas en un entorno seguro. No obstante, y dependiendo del tamaño del site, es posible hacer la migración por partes o por segmentos para ir solucionando los diferentes errores que puedan ir surgiendo.
Como hemos dicho, existen muchos tipos de migraciones, pero las más comunes son aquellas donde las URL cambian, como por ejemplo un cambio de estructura web. ¡Vamos a ello!
Rastrea y saca todas las URL del site. Para ello, te recomiendo que uses Screaming Frog, Google Search Console o Google Analytics. Si utilizas herramientas de terceros como Ahrefs o SemRush también pueden ayudarte. Se trata de recopilar el número máximo de URL de todas esas herramientas, juntarlas en un Excel o Spreadsheets y eliminar duplicados para quedarte con las URL únicas.
Como hemos dicho, es importante conocer todas las URL del site para no perder de vista durante la migración SEO las páginas que tienen tráfico o las más importantes a nivel negocio, para luego clasificarlas por segmentos y tener una visión global del proyecto por partes.
Una vez tenemos todas las URL localizadas y agrupadas, debemos asignar la URL a la que debe apuntar con su correspondiente redirección. También podemos crear un sitemap con las URL antiguas y otro con las nuevas para que el Bot pase lo antes posible.
Asegúrate de que las redirecciones son 301 y que no sean encadenadas, es decir, que no haya varias redirecciones dentro de una misma URL. Esto lo puedes comprobar con Screaming Frog. No desesperes, te dejamos una sencilla plantilla para tu migraciones SEO que te ayudará.
El día ha llegado y todos estamos nerviosos cuando nos toca hacer el cambio de URL, sobre todo cruzamos los dedos para que Google entienda bien las redirecciones. En primer lugar debemos actualizar el robots.txt, permitir el rastreo de las nuevas URL y no bloquear por el momento elementos de CSS y JS (esto último sobre todo si hay cambios en diseño).
En segundo lugar y para seguir con la migración, envía los sitemaps a Google Search Console y mantén las redirecciones lo máximo posible. A la pregunta que seguro te vendrá a la cabeza: ¿cuándo puedo quitar las redirecciones? te aconsejamos que nunca. Podrás quitar el sitemap con las URL viejas de GSC y que no pierda tiempo de rastreo, pero se recomienda no quitar las redirecciones.
Actualiza los enlaces internos de la web que están dentro de los contenidos para que Google Bot los rastree correctamente sin caer en la redirección o directamente no se encuentre con páginas rotas (404). Comprueba que las URL canonical son las correctas y revisa que los metadatos no se hayan modificado o simplemente sean los que tenías trabajados.
Sobre todo, las migraciones se analizan por medio de Google Search Console, revisando los sitemap, la evolución sobre la indexación de las páginas y posibles errores de rastreo que puedan surgir. Comprueba si aparecen errores de rastreo y analiza las consultas y posición media de las páginas para ver las posibles variaciones. Utiliza alguna herramienta como Ahrefs, SemRush o Sistrix para ver cómo está afectando en el conjunto de la web.
Como puedes ver, la clave para hacer una migración SEO radica en el control de las URL objetivo. ¿Y tú? ¿Cómo fue tu experiencia?
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