No cree en automatizar por automatizar. Cree en los flujos bien pensados, en los emails que llegan cuando deben, y en las campañas que funcionan con cabeza — no por inercia. Si algo se puede hacer mejor, puedes apostar a que ya está buscando cómo optimizarlo.
Especialista en Marketing Automation, trabaja con herramientas como HubSpot, Klaviyo, Connectif o Mailchimp como si fueran parte de su caja de herramientas diaria. Le encantan los procesos que fluyen, las condiciones lógicas que encajan a la primera, y los dashboards donde todo tiene sentido (y color, si puede ser).
Organizada por naturaleza, responsable por reflejo y ambiciosa por instinto, no suelta un flujo hasta que no está perfecto. Pero tampoco se olvida de que detrás de cada automatización hay personas — y ahí está su verdadera obsesión: hacer que todo funcione sin que se note que está programado.
Cuando desconecta, se va al barro. Literal. Cambia los flujos por cerámica, las condiciones por kilómetros de running, y los triggers por vídeos de animales que inevitablemente activa su radar de “¿y si adopto este también?”.
Eso sí: si le dices “esto es solo un momentito” delante de un workflow con seis ramas condicionales… es probable que ese café con leche deje de ser tan zen.