Era el típico hipster con barba de provincias que escribía cosas millennials, pero le faltaba algo para abrazar más el cliché: sí, la alopecia. Con todos los checks ya hechos, ahora escribe sin pelo, pero con más ingenio.
También es fan de los Beatles, ha visto ‘The Office’ más veces de las que quiere reconocer y fue criado con el dance noventero