Con casi una década de experiencia, sigue enamorado del SEO, porque es un trabajo que te hace vivir grandes epopeyas, como la de David contra Goliat. Da igual lo pequeño que sea el cliente, siempre hay un hueco con el que colarse en los buscadores y que permite crecer al negocio.
Antes había trabajado en muchos sectores y allá por el 2007 inició su andadura en el desarrollo web porque le pedían “una web como ese currículo que colgaste online para ahorrarte el dinero en fotocopias”. Tras muchos años haciendo todo tipo de proyectos, se dio cuenta de que por muy bien diseñado que estuviera una página, si no aparecía en los buscadores, no era útil. Así que decidió cambiar su rumbo y con un poco de suerte, empezó a trabajar en cómo hacer para que una página apareciera por delante de otras.
El centro de su vida son una gata, una mujer y un hijo que son el centro de su vida (aunque no en ese orden). Le encanta el cine desde que vio Reservoir Dogs y la música desde que escuchó su primer casette.